Referir
a los garbanzos es pensar en una comida suculenta cuya riqueza radica en el
sabor y la presentación.
Los
garbanzos tienen forma redonda y un leve sabor a nuez. Pertenecen al grupo de
las legumbres, son semillas secas que proceden de las vainas de las leguminosas
(como los frijoles), y son una opción barata y nutritiva de la carne. Sin
embargo, deberán servirse con verduras y cereales enteros como el arroz o el
pan para completar su valor nutricional. Otro aspecto relevante es su contenido
de fibra, pero debido a los almidones que poseen se digieren y se absorben con
lentitud, siendo beneficiosos para personas con altos esfuerzos físicos.
Se
recomienda remojar en agua durante varias horas antes de cocinarse, para
acortar el tiempo de cocción y para reducir los niveles de hidrato de carbono
no digeribles que causan flatulencia. Además considerar la adición de hierbas
como tomillo o romero ayudan a prevenir los incomodos gases.
Se
debe cubrir completamente y cocinar en agua fría, para evitar que se revienten
al cocinarse. El fuego debe ser constante y siempre estar cubiertos de agua,
pero a media cocción agregar los condimentos, salsas y demás ingredientes para
lograr que se cocine todo bien. Si se utiliza una olla de presión ha de
calcular de 20 a 25 minutos a partir de los primeros silbidos.
Al
momento de la compra, revise que estén enteros, sanos y uniformes. Se conservan
de buena manera si se guardan en un lugar seco y protegido de la luz y ya
cocinados en un recipiente hermético en refrigeración. Además se pueden
congelar para aumentar su tiempo de conservación.
Los
garbanzos son ideales en los guisos que pueden combinarse con carnes, embutidos
o verduras, en purés, hummus o en sopas. Un guiso de garbanzos con berenjena
con tomate, cebolla morada, condimentada con romero y acompañado con arroz,
será una delicia para el paladar. La idea es considerar un ingrediente sencillo
y nutritivo, más que pensar en su tiempo de elaboración.
Publicado
por: Euda Morales
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