El
berro es una hierba culinaria apreciada por su frescura, gusto ligeramente
amargo y picante, muy parecido a la pimienta. Posee hojas verdes oscuras.
Pertenece a la familia de las crucíferas junto al brócoli, el repollo, la
coliflor y los repollitos de Bruselas, por lo que es considerado sumamente
saludable, siempre y cuando se consuma en poco tiempo luego de su recolección.
Es rico en minerales y vitaminas, como la vitamina C y E, por lo que es un
excelente antioxidante.
Al
momento de la compra, seleccione las hojas de color verde intenso y las más
frescas e inclúyalas en las preparaciones, ya que se marchitan fácilmente. Lave
bien las hojas, desinféctelas y píquelas justo antes de consumir, porque se
oxidan con rapidez. El berro se conserva bien durante tres días en
refrigeración; podría alargarse un poco su vida si se colocan los tallos dentro
de un vaso con agua. Se sirve a temperatura ambiente. Evite calentarlo, porque
pierde su aroma.
Es
ideal para comerlo en ensalada con tomate, cebolla y bañado en limón.
Puede usarse es salsas frescas para perfumar aves o para espolvorear justo
antes de servir sobre sopas, pastas o papas horneadas. Combina de maravilla con
el salmón, el pescado, el jamón, el aguacate, la zanahoria o los quesos
blancos. Puede ser un sustituto perfecto de la lechuga en los sándwiches.
Una
agradable opción es preparar las hojas de berro a una vinagreta con base de
jugo de naranja o mandarina, cebolla y chile pimiento finamente picado, aceite
de oliva, sal, pimienta y una pizca de azúcar. Sírvalo sobre supremas de pollo
a la plancha y decore con tomate cherry.
Quizás
el berro ha sido relegado últimamente en la cocina y ha dejado de presentarse
en las propuestas de menú. Pero con tanto valor nutricional y con su sabor
particular, bien vale la pena incluirlo creativamente en las preparaciones.
Publicado por: Euda Morales
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