La
sal es necesaria para el organismo, pero en cantidad mínima. ¿Sabía usted que
la sal se encuentra incluso de forma natural en los mismos alimentos como en el
caso de la carne, los vegetales o las frutas? Para todos es bien sabido que la
sal ha sido altamente utilizada en la alimentación, es considerada uno de los
principales pilares de la cocina y una de sus mayores virtudes es lograr
sustraer toda la riqueza gustativa de los alimentos.
Asimismo,
el sodio es un componente de la sal, pero lamentablemente dentro de la dieta,
es el mayor responsable de aumentar la presión arterial y de provocar la
retención de líquidos. Por lo que una dieta con un nivel alto en sal, puede ser
dañina para el organismo.
Parece complicado eliminarla de las preparaciones culinarias, pero mejor manera para reducir la sal en las comidas es dejar de agregarla a la misma.
Parece complicado eliminarla de las preparaciones culinarias, pero mejor manera para reducir la sal en las comidas es dejar de agregarla a la misma.
Sorprendentemente,
logrará acostumbrar al paladar. Por cierto, no se nace con el gusto por la sal,
ya que se adquiere de niños, pero si la evita gradualmente podrá lograr su
cometido y agregará bienestar a su vida.
Algunos
consejos al momento de seleccionar de mejor manera los alimentos a ingerir, son
evitar las comidas saladas como el jamón, los embutidos, los alimentos
enlatados, las sopas o las salsas de sobre, los frutos secos salados, entre
muchos otros. Conviene entonces, elegir los productos frescos, en lugar de los
procesados por la adición de sal o por los aditivos que contienen sodio y
siempre preferir los que contienen menos sal o son bajos en sal. Asimismo,
reducir el uso de salsas como mostaza, soya, kétchup o mayonesa y sustituirlas
por salsas preparadas en casa a base de verduras.
Se
debe tener mayor cuidado con las boquitas o papalinas que suelen ser tentadoras
y difícil de comer en poca cantidad, porque una característica única es que el
consumo de sal produce un aumento en el deseo de ingerir más alimentos, a los
que da un sabor característico. Sin más, antes de comprar los alimentos,
revisar en su etiqueta la cantidad de sal que contienen y seleccionar muy bien
los que contengan niveles bajos de la misma.
Jamás
agregue sal a la comida en el plato servido, está de más y únicamente subirá su
ingesta diaria. Resulta sumamente conveniente, recurrir a dar sabor a las
comidas con hierbas aromáticas, limón, ajo, especias o la pimienta. Por
ejemplo, el pollo combina de maravilla con el orégano, romero, jengibre o el
tomillo. El pescado con el eneldo, la mostaza, el pimentón, el limón o el
curry. La carne vacuna con la cebolla, tomillo, laurel o la nuez moscada y el
cerdo con la pimienta, ajo, cebolla u orégano.
Es
así como en abundantes ocasiones, se sobrepasa la ingesta diaria necesaria de
sal sin conocer los efectos negativos de la misma, pero con un mínimo esfuerzo
podrá reducir su consumo y lograr alimentos con sabor.
Publicado por: Euda Morales
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