Cualquier
día invita a degustar un delicioso chile relleno. Por ello, el trabajo que
implica su preparación no parece mucho cuando se trata de disfrutar una
comida guatemalteca. Es así como los chiles rellenos son una comida
principalmente en el fin de semana, cuando queda más tiempo a fin de tenerlos
listos y compartir en familia.
Este
manjar, como su nombre lo indica, se elabora a base de chiles pimientos o
guaque fresco, con un sabor bastante picante para quienes así lo disfrutan. El
proceso inicia con la preparación de los chiles, que se deben asar para
retirarles la piel, ser desvenados y dejar en agua avinagrada. La carne se
cocina por separado, sin más condimento que la sal, posteriormente se pica
finalmente y se le agrega una salsa de tomate para que complemente el sabor y
le brinde una ligera humedad. Se le adicionan los vegetales picados y
cocinados como zanahoria, ejote y arveja. Algunas personas preparan este
relleno ligeramente dulzón, por la miga de champurrada que se le incorpora o
por las pasas que aportan sabor.
El
armado consiste en colocar el relleno de la carne y los vegetales dentro del
chile; seguido, se pasa por harina para darle forma, lo que contribuirá a que
no se salga el relleno. Luego por los huevos batidos (se baten las claras
primero y después se agregan las yemas). Posteriormente, se dejan
caer en el aceite muy caliente para freírlos. Parece sencillo, y lo es cuando
hay práctica. El adorno también cuenta y este consiste en rodajas de cebolla
con perejil picado.
Un
chile relleno es sabroso por sí mismo, pero qué mejor que acompañarlo con una
salsa de tomate o comerlo dentro de un pirujo, francés o con tortillas.
En fin, se puede consumir como refacción, o en el almuerzo o en cualquier momento
del día. Luce apetecible en las ferias o los comedores, pero a su vez es una
comida servida en un restaurante o en este preciso momento.
Publicado por: Euda Morales
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