La
pasta, altamente nutritiva, es consumida y apreciada por su versatilidad en la
cocina pues es fácil de preparar y se puede combinar con infinidad de salsas.
Es
así, como las salsas aportan un sabor especial y realzan el gusto propio de la
pasta. La creatividad, como en cualquier platillo, juega un papel importante
para ofrecer opciones. Sin embargo, se considera que las salsas líquidas
acompañan mejor a las pastas largas y lisas, mientras que las salsas más
consistentes se adhieren de mejor manera a las variedades cortas. Finalmente,
el secreto radica en preparar una buena salsa, cocinar adecuadamente los
ingredientes o incluso, incorporar vegetales o carnes para realzar el sabor y
fortalecer el plato.
Los
insumos preferidos para darle sabor son el tomate, la albahaca fresca o las
hierbas aromáticas. Cocinar la pasta toma unos minutos según lo indica el
paquete, ya que varía el tiempo acorde con a la variedad y podrá transformarse
en una entrada, un acompañante o un plato único.
Contrariamente
a la creencia popular de que las pastas engordan, al ser servidas con una salsa
de tomate simple o con verduras frescas, será una excelente opción para la
dieta. El problema se origina cuando se recubren de mantequilla o crema o
quesos con un alto contenido de grasa, porque la comida tendrá un alto valor
calórico. De manera que la pasta siempre quedará sabrosa si se acompaña con una
salsa adecuada y un toque de queso parmesano.
Fusilli o tornillos a la naranja. Sofría cebolla y apio picado, incorpore fajitas de pollo previamente cocinadas, agregue ralladura y jugo de naranja, sal, pimienta y, finalmente, vierta crema agria, sin que llegue a hervir. Al mismo tiempo, cocine la pasta según las instrucciones del paquete, escurra y agregue a la salsa. Espolvoree con queso parmesano y sirva inmediatamente.
Publicado por: Euda Morales
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