Las
semillas de diversas plantas se pueden consumir cuando están germinando, y las
mismas son conocidas como brotes. ¿Sabía usted que un brote representa el
punto máximo de vitalidad en el ciclo de vida de una plata? Esto porque su
contenido de enzimas y vitaminas se ve aumentado de forma sorprendente durante
el proceso de la germinación. Ante tanta importancia, bien vale la pena
mencionar algunos ejemplos de estos brotes, entre los que están las semillas de
alfalfa, la soya o los granos de trigo germinados.
Estos
alimentos tienen la particularidad de que sacian el apetito, son de fácil
asimilación, pero a su vez son bajos en calorías y resultan ideales para las
dietas por su aporte en vitaminas, minerales y la clorofila. Tanto es así, que
se consideran tan valiosos como los vegetales o las frutas para el
organismo.
Al
momento de la compra, busque siempre que los germinados sean elásticos y
con un aroma fresco, y antes de consumirlos lávelos muy bien y escúrralos
perfectamente. Son aliados perfectos en diversos platillos, se consumen frescos
como complemento de sándwiches, ensaladas o salteados.
Los
brotes suelen conseguirse en los mercados, pero siempre cuide de conocer su
procedencia para garantizar que sean inocuos. Una forma casera de lograr una
germinación es dejar en remojo una parte de semilla en 3 partes de agua por 12
horas, para luego escurrir y mantenerla templada. Se deberán enjuagar 2 veces
al día por 5 días y estarán listos. Para garantizar su frescura se recomienda
consumirlos lo antes posible.
Receta
exprés
Estos
deliciosos germinados se agregan a las sopas, siempre y cuando sea al final, ya
en el plato, para que se conserven frescos y crujientes. Es así como les
propongo unas opciones sencillas y deliciosas de sopas: una sopa de papa con
puerro perfumada con eneldo y servida con brotes de alfalfa; o una sopa de
zanahoria con güicoy perfumada con nuez moscada y servida con retoños de soya.
Publicado por: Euda Lisseth Morales
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