Es una fruta rica en vitamina C, fibra y antioxidantes.
Posee un colorido anaranjado y un nivel bajo de acidez, por lo que
incluso resulta deliciosa para los niños.
Otros nombres para referirse a la papaya son: fruta
bomba, mamona o lechosa, aunque es mejor conocida como la fruta de la
digestión, y respetada por sus propiedades como purificadora para el organismo.
Además, se utilizan sus hojas, jugo o el mismo fruto, porque
contribuyen a ablandar la carne, por medio de la enzima papaína, que degrada
las proteínas, por lo que suele envolverse la carne en sus hojas o colocar la
misma pulpa que queda adherida a la piel cuando se pela, sobre la carne.
Algunos pequeños consejos a la hora de seleccionar las
papayas son: preferir las que tienen la piel amarilla y de color parejo; y al
estar blandas al tacto indicarán que están maduras y listas para consumirse;
luego cortarlas a la mitad a lo largo, retirar las semillas y la piel.
Si la fruta estuviera verde se deja madurar a
temperatura ambiente hasta que se la piel se torne amarilla; pero si esto no
llegara a suceder será un indicativo de que la fruta estará falta de sabor y
resultará insípida al paladar. La papaya madura se conserva bien en
refrigeración durante una semana.
Esta fruta se debe comer madura, en su óptimo
estado, sola o con unas gotas de limón para acentuar su sabor, o en combinación
con otras frutas, en batidos o en jugo. Además, permite incluirse en variedad
de platillos salados, con cerdo, carne o pollo. Asimismo, las salsas de papaya
son un complemento ideal para las carnes o para aportar sabor a los postres.
Una deliciosa opción de pollo con papaya; Se prepara
sofriendo las piezas de pollo con cebolla, chile pimiento, apio, tomate y
papaya picada, se condimenta con sal, pimienta, orégano y se le agrega de salsa
de tomate para que quede jugoso.
Es así, como la papaya, por ser sabrosa y tan
nutritiva, bien vale incluirla en la dieta y en diversos platillos.
Publicado por:
Euda Morales
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