Foto: archivo/s21 |
Una
ensalada siempre busca la adición de una vinagreta, aliño o aderezo para
brindarle cierto grado de sofisticación. Una vinagreta refiere a una
preparación clásica a base de vinagre, como su nombre lo indica, aunque también
es sustituido por jugo de limón u otros cítricos. La proporción normal es de 2
a 3 partes de aceite por vinagre.
Una
receta básica es mezclar el vinagre con sal y pimienta para que se disuelva.
Luego se incorpora el aceite, mezclando bien hasta que emulsione, lo que quiere
decir que espesa ligeramente y pierde su transparencia.
Es
posible mejorar el sabor con diversas especias como pimentón, tomillo, orégano
o cebollín, tomate o chile pimiento, finamente picado. Una receta fácil es a
base de aceite de oliva, jugo de limón y perejil o culantro finamente picado,
condimentado con sal y pimienta.
Aliño
y vinagreta refiere al mismo concepto y los ingredientes son afines. El aliño
francés incluye vinagre, sal, pimienta, mostaza dijon y aceite. En algunos casos
se le adiciona miel o azúcar.
El
tipo de vinagre varía en sabor y color, dependiendo de la procedencia del
alcohol, como puede ser de vino blanco o tinto, sidra, jerez o arroz. Es
recomendable reducir la cantidad a emplear si el vinagre es balsámico o jerez,
debido a sus sabores fuertes. La calidad del aceite también es primordial, por
lo que son preferibles los que se extraen en frío como el aceite de
oliva, que aporta grasas monoinsaturadas.
Pero
también existen los aderezos a base de crema, yogur o mayonesa, que tienen una
consistencia espesa y cremosa. Al sustituir la crema por el yogur se baja
el nivel de grasa y el mismo aporta tanto sabor como frescura a la ensalada.
Una receta clásica es a base de yogur, vinagre, hojas de menta y aceite,
la que combina a la perfección con las ensaladas de pepino, verdes en general o
de papas. Las ensaladas de pasta o papa se aderezan simplemente con una
mayonesa. De manera que lo que se busca es que cada ensalada posea el sabor
esperado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario