viernes, 30 de agosto de 2013

Menos sal, más salud. Imiciativa T



La sal es necesaria para el organismo, pero en cantidad mínima. ¿Sabía usted que la sal se encuentra incluso de forma natural en los mismos alimentos como en el caso de la carne, los vegetales o las frutas? Para todos es bien sabido que la sal ha sido altamente utilizada en la alimentación, es considerada uno de los principales pilares de la cocina y una de sus mayores virtudes es lograr sustraer toda la riqueza gustativa de los alimentos.

Asimismo, el sodio es un componente de la sal, pero lamentablemente dentro de la dieta, es el mayor responsable de aumentar la presión arterial y de provocar la retención de líquidos. Por lo que una dieta con un nivel alto en sal, puede ser dañina para el organismo.
Parece complicado eliminarla de las preparaciones culinarias, pero mejor manera para reducir la sal en las comidas es dejar de agregarla a la misma.

Sorprendentemente, logrará acostumbrar al paladar. Por cierto, no se nace con el gusto por la sal, ya que se adquiere de niños, pero si la evita gradualmente podrá lograr su cometido y agregará bienestar a su vida.
Algunos consejos al momento de seleccionar de mejor manera los alimentos a ingerir, son evitar las comidas saladas como el jamón, los embutidos, los alimentos enlatados, las sopas o las salsas de sobre, los frutos secos salados, entre muchos otros. Conviene entonces, elegir los productos frescos, en lugar de los procesados por la adición de sal o por los aditivos que contienen sodio y siempre preferir los que contienen menos sal o son bajos en sal. Asimismo, reducir el uso de salsas como mostaza, soya, kétchup o mayonesa y sustituirlas por salsas preparadas en casa a base de verduras.

Se debe tener mayor cuidado con las boquitas o papalinas que suelen ser tentadoras y difícil de comer en poca cantidad, porque una característica única es que el consumo de sal produce un aumento en el deseo de ingerir más alimentos, a los que da un sabor característico. Sin más, antes de comprar los alimentos, revisar en su etiqueta la cantidad de sal que contienen y seleccionar muy bien los que contengan niveles bajos de la misma.

Jamás agregue sal a la comida en el plato servido, está de más y únicamente subirá su ingesta diaria. Resulta sumamente conveniente, recurrir a dar sabor a las comidas con hierbas aromáticas, limón, ajo, especias o la pimienta. Por ejemplo, el pollo combina de maravilla con el orégano, romero, jengibre o el tomillo. El pescado con el eneldo, la mostaza, el pimentón, el limón o el curry. La carne vacuna con la cebolla, tomillo, laurel o la nuez moscada y el cerdo con la pimienta, ajo, cebolla u orégano.

Es así como en abundantes ocasiones, se sobrepasa la ingesta diaria necesaria de sal sin conocer los efectos negativos de la misma, pero con un mínimo esfuerzo podrá reducir su consumo y lograr alimentos con sabor.

Publicado por: Euda Morales

lunes, 26 de agosto de 2013

Grasa sí, pero de calidad . Iniciativa T





Es así, como hay diversos tipos de grasa, que bien vale la pena conocer:

La grasa saturada es normalmente sólida a temperatura ambiente y en frío. Está presente en gran porcentaje en los productos de origen animal como las carnes rojas, aves, leche entera y mantequilla. Asimismo en los aceites de palma y coco. La ingesta de este tipo de grasa es la que más eleva los niveles de colesterol LDL.

La grasa insaturada es generalmente líquida a temperatura ambiente y en frío. Se encuentra en los frutos secos, aceitunas, aguacate, pescados grasos y en los aceites vegetales. Existen dos tipos: La grasa monoinsaturada, presente en los productos de origen vegetal, primordialmente en el aceite de oliva y en los frutos secos. Mientras la grasa poliinsaturada se encuentra en aceites vegetales como el de soya, maíz o girasol o en las nueces y a este grupo de gasas pertenecen los ácidos grasos esenciales como el omega 6 y el omega 3.

La grasa trans se encuentra principalmente en los productos hidrogenados. La hidrogenación es el proceso en el que se añade hidrógeno a la grasa insaturada para lograr más estabilidad y solidez a temperatura ambiente. Es ideal para la preparación y procesamiento de alimentos, pero conviene evitar los productos que la contengan como las galletas y pastelería industrial, papas fritas y chucherías entre otros.

Los productos a elegir son diversos para una dieta saludable y baja en grasa, como lo son las verduras, frutas o cereales integrales. En cuanto a los productos lácteos prefiera la leche desgrasada, yogur, queso fresco con bajo contenido graso y las claras de huevo en lugar de los huevos enteros.

Con relación a las carnes, el pollo o pavo sin piel son excelentes opciones o la carne magra en mínima cantidad. Se debe evitar los embutidos, las salchichas, las vísceras o las hamburguesas. Consuma el pescado blanco, el pescado azul como la sardina o el atún. Prefiera el aceite de oliva o los aceites vegetales y excluya la mantequilla, manteca de cerdo, tocino o aceite de palma o coco.
Elija los métodos de cocción bajos en grasa como al horno, asado, al vapor o a la parrilla. Añada poca grasa al sartén, elimine la grasa solidificada de las sopas o guisos.

El esperado postre, podrá estar presente a base de miel o con leche descremada y siempre serán mejor los elaborados en casa que los comerciales. ¡Siempre habrá una mejor elección para comer delicioso y saludable!

http://iniciativat.com/component/content/article/18/1799.html
 

martes, 20 de agosto de 2013

Pescado en la dieta



Pescado en la dieta
Nuestro protagonista de hoy es el pescado,  versátil en la cocina, sabroso al paladar y altamente nutritivo, que bien vale la pena consumirlo.
El pescado, es esencial en la dieta,  es rico en proteínas de alta calidad que nuestro organismo asimila mejor que cualquier otra, aporta ácidos grasos omega-3 brindando protección contra problemas cardíacos o circulatorios.

La frescura es vital y es posible verificarla sí su carne está firme, tiene los ojos vivos, brillantes o saltones, con agallas rojas y con un agradable olor a mar. Se debe conservar en refrigeración y cubierto de hielo durante su manipulación.

Se disfruta en un sinfín de preparaciones, aunque siempre será beneficioso  considerar unas ideas más saludables, como  brasear el pescado, colocando el pescado en un recipiente refractario, condimentar con sal y eneldo, bañar con caldo de pescado, vino blanco y cubrir. Hornear a fuego lento y bañar constantemente. Servir con la salsa preparada con la reducción del líquido de cocción y acompañar con vegetales.

Otra opción, es a la parrilla, para lo que se debe marinar el pescado con limón, vino, laurel o tomillo,  una pequeña cantidad de aceite de oliva y cocinar a las brasas por ambos lados, o a la papillote que consiste en colocar sobre papel de aluminio el pescado, rociar con jugo de limón, vino, aceite de oliva, cebollín picado, aceitunas, sal y pimienta. Cerrar bien y cocinar al horno. El resultado será un pescado con buen sabor y saludable.

lunes, 19 de agosto de 2013

Chuletas con salsa de yogur y menta





Chuletas  con salsa de yogur y menta

Ingredientes:
1 libra chuletas
Sal y pimienta al gusto
1 cucharada vinagre
1 cebolla pequeña
½ taza harina

Para la salsa:
2 cucharadas menta
1 taza yogur
1 cucharadita vinagre
Sal y pimienta al gusto

Preparación:

Dejar marinar por media hora las chuletas con  sal, pimienta,  1 cucharada vinagre y cebolla en rodajas.
Escurrir las costillas y pasar por harina.
Sofreír las costillas de ambos lados.
Eliminar el exceso de grasa.
Mezclar la menta picada finamente con el yogur, vinagre, sal, pimienta al gusto y verter sobre la carne.
Consejos:
La salsa se puede servir caliente o fría como acompañamiento.
Servir con camote.
Sustituir la menta por hierbabuena

miércoles, 14 de agosto de 2013

Berro, una delicia nutritiva. Columna Regaliz, Siglo 21



El berro es una hierba culinaria apreciada por su frescura, gusto ligeramente amargo y picante, muy parecido a la pimienta. Posee hojas verdes oscuras. Pertenece a la familia de las crucíferas junto al brócoli, el repollo, la coliflor y los repollitos de Bruselas, por lo que es considerado sumamente saludable, siempre y cuando se consuma en poco tiempo luego de su recolección. Es rico en minerales y vitaminas, como la vitamina C y E, por lo que es un excelente antioxidante.

Al momento de la compra, seleccione las hojas de color verde intenso y las más frescas e inclúyalas en las preparaciones, ya que se marchitan fácilmente. Lave bien las hojas, desinféctelas y píquelas justo antes de consumir, porque se oxidan con rapidez. El berro se conserva bien durante tres días en refrigeración; podría alargarse un poco su vida si se colocan los tallos dentro de un vaso con agua. Se sirve a temperatura ambiente. Evite calentarlo, porque pierde su aroma.

Es ideal para comerlo en ensalada con tomate, cebolla y  bañado en limón. Puede usarse es salsas frescas para perfumar aves o para espolvorear justo antes de servir sobre sopas, pastas o papas horneadas. Combina de maravilla con el salmón, el pescado, el jamón, el aguacate, la zanahoria o los quesos blancos. Puede ser un sustituto perfecto de la lechuga en los sándwiches.

Una agradable opción es preparar las hojas de berro a una vinagreta con base de jugo de naranja o mandarina, cebolla y chile pimiento finamente picado, aceite de oliva, sal, pimienta y una pizca de azúcar. Sírvalo sobre supremas de pollo a la plancha y decore con tomate cherry.

Quizás el berro ha sido relegado últimamente en la cocina y ha dejado de presentarse en las propuestas de menú. Pero con tanto valor nutricional y con su sabor particular, bien vale la pena incluirlo creativamente en las preparaciones.

Publicado por: Euda Morales