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Actualmente,
nos interesamos cada vez más en lo que comemos. Es decir, queremos una comida
más nutritiva, por lo que buscamos incluir alimentos integrales en la dieta.
¿Qué son los alimentos integrales? Como muy bien lo indica su nombre, son
aquellos a los que no se les ha quitado ni apartado sus bondades alimenticias.
De manera que son más ricos en nutrientes que los refinados y resultan
excelentes opciones para comer. Se podría decir que cada grano de cereal
resulta una semilla llena de nutrientes, buena fuente de minerales, vitaminas,
especialmente las del complejo B, aminoácidos y principalmente fibra.
Un
buen ejemplo es el arroz integral, que guarda el salvado o capa exterior, a
diferencia de los cereales refinados a los que se les rompe su capa exterior y
es así como el aceite del germen comienza a oxidarse y pierde su valor
nutricional. Por ello, se debe considerar que la mejor manera de conservar el
arroz integral es dentro de un recipiente hermético y lejos del calor para
evitar que se enrancie.
Pero,
¿cómo se prepara el arroz integral? De la misma manera que cualquier otro
arroz, tomando con cuenta que se necesitará duplicar el agua o caldo a emplear
durante la cocción en relación a su volumen. Aunque para el arroz integral
podría ser 2 ¼ tazas de agua por una de arroz. Asimismo, al sofreír primero el
arroz contribuye a potenciar su sabor, y este método es conocido como pilaf.
Además, existe el método del agua caliente. Se vierte en agua hirviendo y al
alcanzar la ebullición de nuevo, baje el fuego hasta que se ablande el grano.
Recuerde que el tiempo de cocción del arroz integral es más largo, de 25 a 30
minutos.
Receta
exprés:
Sofría
en aceite, cebolla, ajo picado y chile pimiento en tiras. Agregue champiñones
en lascas, zanahoria rallada, una taza de arroz integral y semillas de marañón.
Condimente con comino y añada 2 ¼ tazas de agua. Al empezar a hervir, tapar y
bajar el fuego. Para servir, espolvoree con perejil picado.
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